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jueves, 17 de marzo de 2011

Números y perspectivas de la enseñanza terciaria en el Uruguay

Las afirmaciones más repetidas en el debate en curso sobre la educación uruguaya parecen mostrar que la meta de generalizar la enseñanza avanzada no es viable ni prioritaria. Pero si se deja de lado esa meta será difícil tanto mejorar la educación en su conjunto como abatir duraderamente la desigualdad. Investigaciones del Instituto de Economía muestran que, a grosso modo, la desigualdad se mantuvo estable en Uruguay de 1986 a 1994, creció lenta pero sostenidamente hasta 2007 y después empezó a bajar pero se mantiene todavía por encima del nivel de 1986. En el incremento de la desigualdad en los ’90 jugó un papel preponderante la ampliación de la brecha de las remuneraciones entre los que tienen formación terciaria y los demás. El desempleo de los profesionales universitarios está por debajo del 2%. Se estima que si la economía uruguaya sigue creciendo, la demanda de mano de obra muy calificada se incrementará bien por encima del promedio. Para que a largo plazo la brecha no vuelva a ampliarse por la escasez de gente con nivel terciario, más gente tiene que llegar a ese nivel.

Diversos estudios indican que las principales causas por las cuales los adolescentes dejan los estudios tienen que ver con lo que les ofrece el sistema educativo. Aquí es grande la responsabilidad de la enseñanza universitaria, que debe ampliar y difundir la oferta educativa de modo que más gente sepa que puede acceder efectivamente a una formación avanzada que posibilita una mejor realización laboral, ciudadana y cultural. Despertar el interés de los que aprenden es condición necesaria para que puedan vencer las dificultades que supone la continuidad de los estudios.

¿Es ingenuo apostar a multiplicar la formación avanzada? Sin ánimo de presentar una sopa de cifras, recordemos algunas. Un estudio de UNICEF indica que el porcentaje en que una generación culmina la Educación Media Superior (EMS) era similar en 2008 que en 1991 y estaba por debajo del 40%; ambas constataciones preocupan justificadamente; menos atención se ha prestado al hecho de que ese porcentaje llegó a ser de poco más del 30% en 1998, a partir de lo cual subió unos 7 puntos porcentuales en 10 años. La “foto” del presente es inquietante; si se mira la “película” del período se advierte un lento avance que la conjunción de esfuerzos redoblados y transformaciones esperanzadoras podría acelerar.

El Anuario Estadístico de Educación 2009 establece que en ese año egresaron 2.220 personas de Formación Docente, 5.331 de la UDELAR y 1.854 de la enseñanza universitaria privada, lo que suma 9.405. Habida cuenta de que 25 años antes nacieron unos 54 mil niños en Uruguay, una estimación muy preliminar sugiere que algo así como el 17% de una generación culmina un ciclo de formación terciaria. No mucho menos de la mitad de quienes finalizan la EMS completa una formación de tipo terciario. Una vez más: las cifras son altamente insuficientes y demandan tanto hacer mejor lo que se hace bien como impulsar cambios profundos. Pero también muestran que hay reales posibilidades de progresar, si avanzamos a la vez en la expansión de la enseñanza media y de la enseñanza terciaria.

Anotemos algunas cifras de la UDELAR referentes a los egresos de grado (sin incluir pues títulos intermedios ni de postgrado): el promedio anual fue 3.051 en 1991-1995, 3.301en 1996-2000, 4.055 en 2001-2005 y 4.677 en 2006-2009. Están dadas las condiciones para acelerar. Y no hay contradicción entre el avance cuantitativo y el avance cualitativo: para que más gente culmine ciclos de formación avanzada, hay que interesar a más personas a esforzarse por aprender, para lo cual hay que brindarles una oferta educativa cada vez mejor, más amplia y con modalidades más diversificadas,. La renovación de la enseñanza está a la orden del día.

Una conjunción de esfuerzos transformadores puede hacer que, en pocos años, más de la mitad de cada generación complete la EMS y más de la cuarta parte culmine ciclos de enseñanza terciaria, lo cual nos pondrá en la ruta de generalizar la formación avanzada antes de que finalice el Bicentenario.



Fuente: http://www.universidadur.edu.uy/blog/?p=946#more-946

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