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lunes, 19 de septiembre de 2011

Sumo 2011: Fiesta robótica en Ingeniería





Finalizó este sábado en la Facultad de Ingeniería el encuentro de robots Sumo 2011. El evento concluyó con la final del campeonato entre robots para participar de un evento internacional en Colombia para la recolección de café, y la última pelea del campeonato uruguayo de Sumo Robótico, la lucha entre robots.

El Sumo.uy es el encuentro de robótica anual organizado por el Instituto de Computación de la Facultad de Ingeniería y la Fundación Julio Ricaldoni.

Federico Andrade, coordinador del evento, dijo a La República que uno de los puntos altos del encuentro fue la participación de robots construidos en liceos públicos, en el marco del programa robot Butiá.

Este programa fue iniciado en 2010 y plantea el desarrollo de la robótica utilizando como plataforma base las computadoras del Plan Ceibal, o sea las XO. La iniciativa de acercar la robótica a los liceos públicos partió del Instituto de Computación de la Facultad de Ingeniería, en conjunto con la Inspección de Informática de Educación Secundaria.

El robot Butiá en 27 liceos

Andrade explicó que en 2010 alumnos de 27 liceos recibieron su robot Butiá y comenzaron a trabajar desarrollando proyectos. "La idea central es que la XO sirva como el corazón del robot. La computadora se apoya sobre una plataforma que tiene ruedas y de esa manera se construye un robot, que tiene su independencia y realiza diferentes funciones" señaló. Es esa plataforma y el seguimiento de los proyectos lo que proporciona la Facultad de Ingeniería a los estudiantes liceales. Por ejemplo, uno de los proyectos mostraba cómo la XO reconocía con su cámara diferentes figuras de colores y avanzaba de manera independiente de acuerdo a los colores que observaba.

En Sumo 2011, los liceos que ya tenían sus plataformas participaron presentando sus proyectos. De ahora en más la idea es lograr abaratar costos para ampliar la llegada de las plataformas a todos los liceos del país. "Las primeras 27 plataformas fueron financiadas por la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), y hay costos importantes, como ser el de los motores que permiten los movimientos. Ahora esos motores los estamos sustituyendo por otros, que vienen con las impresoras. Esto significará un ahorro muy importante, y por menos de $ 1.000 pesos se podrá construir cada plataforma. De esta manera la idea de llevar la robótica a cada liceo del país podrá ser una realidad", dijo Federico Andrade.

Según informó La República, otros de los grandes eventos del Sumo 2011 fue la presentación de una competencia de robots recolectores de café, en el marco de un concurso donde el equipo cuyo robot tuviera un mejor desempeño participará en el Concurso Latinoamericano de Robótica, a efectuarse en Colombia.

La competencia planteaba la construcción de un robot que tuviera la capacidad de recolectar granos maduros y sobremaduros de una plantación de café, dejando en los árboles los granos verdes. Los granos recolectados debían ser clasificados y transportados hacia una zona de almacenamiento.

Asimismo, hubo una competencia de robots dedicados a la construcción de diques. La tarea era la creación de dos robots capaces de construir un dique en un río que se encuentra en peligro inminente de desborde, mediante la recolección y transporte de unos pilotes que serían la base de la construcción. Sin duda el evento que concentraba más público, en especial entre los jóvenes, era el SumBot, el enfrentamiento entre robots.

Los mismos son totalmente autónomos y el objetivo es sacar fuera de los improvisados cuadriláteros al oponente. El fútbol tampoco estuvo ausente: se presentaron robots jugadores de fútbol, los cuales se enfrentaron en un partido muy particular donde demostraron sus habilidades.

La celeste mecánica

“Son lentos, se pasan cayendo y patean la pelota sin mayor dirección ni noción de la fuerza correcta. Aun así, los robots futbolistas de la Facultad de Ingeniería de la Universidad son toda una atracción”, describió El Observador. “El esfuerzo que implica su programación y la generalizada fascinación que despiertan las máquinas humanoides, convierten a estos jugadores en dignos portadores de la Celeste”.

Desde hace un año, el Grupo MINA (Network Management - Artificial Intelligence) del Instituto de Computación trabaja para lograr lo que con el cuerpo parece tan normal. Mantener el equilibrio, estimar la trayectoria de la pelota, identificar a los compañeros y rivales, saber dónde está el arco propio y ajeno, y planificar una jugada, son algunas de las capacidades que deben adquirir estos robots que no son accionados por control remoto. Por el contrario, juegan al fútbol de forma autónoma, en base a una programación realizada previamente.

“Por ahora, pensar en armar jugadas es muy pro”, dijo Federico Andrade, integrante del MINA y coordinador de Sumo.uy a El Observador. Previo a la jugada de “pizarrón”, según cuenta Andrade, tienen que lograr programar que los robots ubiquen a la pelota y a sus compañeros en la cancha, para que el que esté más cerca de la redonda pueda enviarle al resto de sus compañeros el clásico mensaje: “¡Mía!”.

Reglas robóticas

La idea de los ingenieros y estudiantes que integran el MINA es poder formar “un equipo bien posicionado” para dentro de 2 o 3 años competir en alguno de los mundiales de futbol robótico, como la Robocup, cuenta Andrade. En este campeonato, no obstante, los uruguayos no podrán vestir la celeste, porque el color es una de las formas que tienen estas máquinas de identificar su entorno. Por ello, el reglamento obliga a vestir de cian o magenta, mientras que los arcos son amarillos o azules.

Además de este cambio, en Robocup los robots no juegan de a 11, sino de a tres, y en vez de ser dos tiempos de 45 minutos, duran 10. Los uruguayos ya participaron de un torneo internacional de fútbol robótico, pero los jugadores no tenían dos piernas, sino que se desplazaban con ruedas.

Para Andrade, estos partidos son más entretenidos de ver, porque incluso hay robots que “pueden levantar la pelota como (Sebastián) Abreu”, dice. Pero “la tendencia mundial va hacia el uso de robots bípedos”, agrega.

”De hecho, cuando presentaron al primero de estos robots fabricados por una empresa japonesa, el público lo bautizó como Diego Forlán. El nombre, por ahora, no le hace mucho honor al Balón de Oro del Mundial de Sudáfrica, aunque es cierto que el humanoide patea con ambas piernas”, concluyó El Observador.











Fuente: universidad.edu.uy

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