TU OPINIÓN CUENTA!

Escribe tu artículo, reflexión, noticia, o lo que desees compartir a UNIVERSITARIOURUGUAYO@GMAIL.COM

miércoles, 29 de junio de 2011

INIA y Udelar acuerdan campus conjunto en Tacuarembó




El Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y la Universidad de la República (Udelar), firmaron un convenio el 24 de junio en Tacuarembó a través del cual el INIA cede en comodato un predio de 5 hectáreas para la instalación de la sede Tacuarembó del futuro Centro Universitario Regional Noreste. También se crea un centro conjunto de investigación.

INIA y Udelar resolvieron complementar esfuerzos con el propósito de potenciar sus objetivos y dar un uso más eficiente a los recursos disponibles en la región noreste, apuntando a la conformación de un campus donde puedan compartirse recursos materiales y humanos a través del desarrollo conjunto de acciones de investigación, enseñanza y extensión. Para eso, se construirá la infraestructura necesaria. El edificio también albergará al futuro Instituto Superior de Estudios Forestales.

El acto se desarrolló en la Estación Experimental INIA Tacuarembó. Hicieron uso de la palabra: Wilson Ezquerra, intendente de Tacuarembó; Enzo Benech, presidente del INIA; y el rector Rodrigo Arocena.

Ezquerra subrayó la relevancia del emprendimiento: “Es un día de singular importancia para el noreste del país, para todos quienes lo habitamos y para quienes hemos demandado permanentemente las oportunidades y la descentralización universitaria hacia el norte del país. Habrá un antes y un después del día de hoy”, dijo, en el camino de “acortar inequidades entre el interior y la capital, que es lo que anhelamos todos los uruguayos”.

Desarrollo en beneficio de nuestra sociedad

Benech expresó su “doble satisfacción” por la firma del convenio, desde su actual responsabilidad, pero recordando los días en que tuvo que emigrar a Montevideo para poder estudiar, y los sacrificios que eso requiere. “Esta es una necesidad sentida y creo que vamos a seguir sumando gente. La Universidad y el INIA estamos iniciando este camino, pero seguramente en poco tiempo podremos tener varias instituciones más trabajando con nosotros, tratando de que la investigación se transforme en innovación, pero sobre todo en desarrollo en beneficio de nuestra sociedad”, auguró.

Para el rector Arocena, “por primera vez en mucho tiempo, el Uruguay tiene la ocasión de mirar a largo plazo y pensar su desarrollo, y tiene posibilidades especiales propias de su historia, de su sociedad, de su cultura”, reflexionó. La meta es el “desarrollo humano sustentable” y éste no puede existir “en el Siglo XXI sin incorporación de conocimiento a todas las actividades socialmente valiosas”, afirmó.

“La desigualdad en nuestra época pasa fundamentalmente por el acceso a la educación”, agregó, por eso “estamos peleando por defender la educación pública en el entendido de que defenderla es transformarla, es cambiarla sustantivamente”.

Arocena señaló también que “la difícil tarea de generar conocimiento y usarlo de manera valiosa” sólo es posible mediante la sumatoria de esfuerzos. “Apostamos a la enseñanza del Siglo XXI, que es una enseñanza en las aulas pero es sobre todo una enseñanza fuera de las aulas. Por eso, nunca puede ser sólo tarea de los docentes o sólo de las instituciones educativas. Tenemos que buscar todos los ámbitos donde haya gente dispuesta a colaborar con la enseñanza”, subrayó.

“Tenemos la esperanza de que en este lugar, además del INIA y de la Universidad con la colaboración de muchos actores de la región, muy pronto haya también participación de otras instituciones educativas”, destacó. “Hay un camino uruguayo hacia el desarrollo y ese camino pasa por construir entre todos y para todos, en todo el país, enseñanza terciaria y superior a la cual pueda acceder toda la población”, concluyó el rector.



“Documentación y sociedad: perspectiva crítica y proyección"




Este viernes 1º de julio se desarrollará la I Jornada “Documentación y sociedad: perspectiva crítica y proyección", en la Sala de Teatro de la Facultad de Artes (18 de Julio 1772). La jornada se inserta en el conjunto de las actividades complementarias del Simposio “La Biblioteca Nacional en el siglo XXI: actualidad y desafíos”, que se desarrolló del 25 al 27 de mayo.

La actividad -coorganizada por la Escuela Universitaria de Bibliotecología y Ciencias Afines (EUBCA), la Asociación de Bibliotecólogos del Uruguay (ABU) y la Asociación Uruguaya de Archivólogos (AUA), con el auspicio del Programa de Desarrollo Académico de la Información y la Comunicación (Prodic) y de la Biblioteca Nacional- tiene como objetivo exponer una serie de proyectos y experiencias sustentados en la idea de que la documentación recuperada y organizada sistemáticamente es soporte para la investigación y el conocimiento de cuestiones relacionadas con la memoria social y el patrimonio cultural.

La inscripción se realiza a través de un formulario disponible en el sitio web de la EUBCA. Una vez completado se debe enviar al correo electrónico eventoseubca@gmail.com.

Matrícula: Estudiantes abonan $ 200. Docentes y egresados de la EUBCA y otros servicios universitarios, $ 350.

Programa I Jornada “Documentación y sociedad: perspectiva crítica y proyección"




Becas: Universidad y Fondo de Solidaridad acuerdan acciones de complementariedad




El Fondo de Solidaridad y la Universidad de la República firmaron este miércoles un acuerdo que establece acciones de cooperación, intercambio y complementariedad para potenciar a ambos sistemas de becas. En el acto de la firma participaron el presidente y el secretario del Fondo de Solidaridad -sociólogo Marcos Supervielle y contador Hugo Martínez-, el rector de la UDELAR, Rodrigo Arocena, y funcionarios del Servicio Central de Bienestar Universitario.

Tras integrarse hace un par de años a la Comisión Nacional de Becas que funciona en la órbita del Ministerio de Educación y Cultura, el Servicio Central de Bienestar Universitario y el Fondo de Solidaridad percibieron la necesidad de brindar un beneficio integral al estudiante.

El Fondo de Solidaridad funciona como persona jurídica de derecho público no estatal con el cometido de financiar –con el aporte de egresados universitarios-, un sistema de becas para estudiantes de la UDELAR y del nivel terciario del Consejo de Educación Técnico-Profesional (CETP-ANEP) que carecen de recursos económicos suficientes. Actualmente otorga 6.000 becas anuales por un monto aproximado de U$S 12 millones.

Entre 2004 y 2010 la cantidad de becarios anuales se duplicó. El 62% estudia en el área de Ciencias de la Salud, incluyendo las carreras paramédicas; el 26% lo hace en el área de las Ciencias Sociales y Humanas, y el 7% en el sector de Ciencias y Tecnologías. En 2009 el 14% de los egresados de la UDELAR pasaron por el Fondo de Solidaridad.

“Hay un segmento de jóvenes de bajos recursos que puede recibir títulos universitarios porque pasó por el Fondo de Solidaridad”, explicó el presidente Marcos Supervielle. “Muy posiblemente hay una enorme cantidad de estudiantes que si no tuvieran estas becas no estudiarían. Esto hace posible que se cumpla uno de los objetivos de la UDELAR que es el libre acceso de todas las clases sociales”.

Vocación de complementariedad

Del lado de la UDELAR, en 2010 hubo necesidad de recurrir a partidas extraordinarias para financiar 100 de las 300 becas que otorga cada año. El acuerdo permitirá respaldar estas 100 becas, pero también establecer mecanismos de coordinación para que los estudiantes que por diversas razones no accedan a las prestaciones que brinda una de las instituciones, puedan ser beneficiarios de las becas que otorga la otra.

El secretario del Fondo de Solidaridad, Hugo Martínez, explicó que Bienestar Universitario “presta otro tipo de ayudas a través de los comedores escolares, becas de transporte, asesoramiento sobre hospedaje, y otras prestaciones que el Fondo de Solidaridad no puede dar por su limitación legal”. Martínez, integrante del Consejo Directivo Central de la UDELAR y su representante desde 2007, recordó que el límite de edad de las becas es de 25 años, y que existe una inquietud estudiantil en el sentido de apoyar al estudiante hasta el final de su carrera, lo que generalmente excede esa edad.

Supervielle destacó la vocación de complementariedad del acuerdo: “Se buscará una coordinación más fluida. Inclusive se plantea compartir la información relevada en cuanto a la situación socio económica del estudiante y su núcleo familiar -en caso que los solicitantes manifiesten su voluntad de ser beneficiarios de las prestaciones que brindan ambas instituciones-, y coordinar acciones conjuntas para realizar las visitas domiciliarias”.

Por su parte el gerente general del Fondo, contador Enrique Miranda, advirtió que “la premisa es que ningún estudiante que solicite beca y cumpla con las condiciones, quede fuera de la misma”. Miranda recordó que el 90% de los estudiantes del Fondo provienen del interior del país, y destacó la aprobación de la beca “en plazo para que el becario reciba su pago –sobre todo el primero-, en tiempo y forma”.

Este año el Fondo de Solidaridad inauguró en Salto, junto a la Regional Norte de la UDELAR, una oficina que atiende 1.200 becarios de esa región.



EVA: entornos virtuales de aprendizaje en la Universidad

Escribe el rector Dr. Rodrigo Arocena.

El uso de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) se está expandiendo en la enseñanza que ofrece la UDELAR. De ello se ha informado sistemáticamente. En el intercambio de ideas sobre las propuestas para acelerar la Reforma Universitaria, que tuvo lugar el pasado 20 de junio en la Sala Maggiolo, se preguntó al respecto. Por ello ofrecemos aquí algunos elementos de juicio sobre los Entornos Virtuales de Aprendizaje (EVA) de la Universidad. Están tomados de un informe del Departamento de Apoyo Técnico Académico de la Comisión Sectorial de Enseñanza, que coordina al conjunto de los EVA de la UDELAR; a ese documento pertenecen las citas que siguen.

La perspectiva general se define así: “Además de proveer espacios virtuales a todas las materias y cátedras de la UDELAR que lo soliciten, los EVA también brindan espacios para equipos de investigación, de extensión, proyectos centrales, así como a otras instituciones, organizaciones sociales o colectivos que requieran estos servicios y apoyos, por su vinculación a programas e iniciativas de la UDELAR”.

El Servidor Central (http//eva.universidad.edu.uy) aloja a varios EVA, incluyendo a los de las Facultades de Ciencias, Derecho e Ingeniería, la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación, la Escuela Universitaria de Bibliotecología y Ciencias Afines, el Instituto Superior de Educación Física, el Centro Universitario Regional del Este, los Centros Universitarios de Paysandú y Rivera, el Espacio Interdisciplinario, la Unidad de Capacitación, el Programa de Formación y Postgrado de la Comisión Sectorial de Enseñanza, el Proyecto Flor de Ceibo de apoyo al Plan Ceibal, el Programa de Respaldo al Aprendizaje (PROGRESA) y, particularmente, el Instituto Cuesta Duarte del PIT CNT.

Tienen sus servidores EVA descentralizados las Facultades de Química, Odontología, Medicina, Ciencias Sociales, Arquitectura, Ciencias Económicas y Administración, Psicología, Humanidades y Ciencias de la Educación, Ingeniería, Agronomía y Veterinaria, y la Regional Norte Salto.

“Las referencias al ‘EVA’ se han vuelto un lugar común en la vida universitaria. Los estudiantes se han convertido en promotores fundamentales de esta herramienta. Los docentes la utilizan cada vez más para una variada gama de objetivos, desde el apoyo a la enseñanza presencial, el desarrollo de experiencias semipresenciales, la tutoría a distancia, la coordinación docente o la extensión hacia la comunidad, entre otros”.

Se han implementado diversos procesos de formación en la acción para el uso de las TIC en la educación universitaria, involucrando aproximadamente a 350 docentes. El Departamento de Apoyo Técnico Académico (DATA) ha brindado asesoramiento y apoyo a unos 50 equipos docentes. Además, el DATA ha llevado adelante una serie de proyectos de investigación y desarrollo, vinculados a su objetivo principal.

Los EVA cuentan con decenas de miles de usuarios. En una jornada de evaluación, un decano afirmó que el EVA es lo mejor que le ha pasado a su facultad. Al concluir 2010 se registraban algo más de 1400 cursos activos en el conjunto del Sistema EVA.

En el evento del 20 de junio mencionado al comienzo de este Informativo, se presentó el fascículo 12 de la serie “Hacia la Reforma Universitaria”; se titula “Una mirada al camino recorrido apuntando a redoblar esfuerzos”. Está a disposición de los interesados. Allí se describen algunos de los varios esfuerzos de los últimos años, sobre los cuales puede basarse la aceleración de los cambios. Entre esos esfuerzos se destaca la construcción de los Espacios Virtuales de Aprendizaje. Permiten una mejor y más rica combinación de las actividades presenciales, que cultivan la dimensión interactiva “cara a cara” de la enseñanza, con las actividades a distancia que robustecen el acceso autónomo al conocimiento. Son pues un cimiento de la enseñanza activa. Los EVA constituyen una clave para que más estudiantes puedan completar ciclos de formación avanzada, meta priorizada en las propuestas de trabajo para esta etapa en el marco de la Reforma Universitaria.

Blog "Hacia la Reforma Universitaria"

viernes, 10 de junio de 2011

El camino del Noreste

Escribe el rector Dr. Rodrigo Arocena.

La UDELAR ha definido “caminos” para la construcción en marcha de los Centros Universitarios Regionales (CENUR), atendiendo a las particularidades, dificultades y oportunidades de cada caso. Elcamino del CENUR del Noreste se refiere a la región donde mayores tienen que ser los esfuerzos para compensar asimetrías internas y externas, desarrollando más ofertas educativas y radicando grupos de docentes de alta dedicación.

Su principal cimiento está en Rivera; tiene un importante apoyo en Tacuarembó; también hay trabajo en marcha en Cerro Largo; allí funciona una Estación Experimental de Agronomía y una Unidad de Extensión; se viene realizando una importante labor de extensión en Artigas. En esos cuatro departamentos debe estar la principal zona de influencia del Centro Regional del Noreste. Hace falta afirmar la decisión de crearlo y establecer el proceso de transición que permitirá hacerla realidad cuando estén dadas las condiciones académicas, de autogobierno y de gestión. Para avanzar en esa dirección se ha conformado la Comisión Coordinadora de las sedes universitarias de Rivera y Tacuarembó.

En el Noreste se están constituyendo Polos de Desarrollo Universitario en torno a tres ejes temáticos prioritarios para la región: (i) estudios interdisciplinarios de sistemas territoriales complejos (ii) estudios forestales; (iii) estudios de la frontera.

En Rivera se ofrecen cursos de Asistente de Enfermería, Licenciado en Enfermería, Técnico en Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable, Licenciado en Recursos Naturales, Asistente de Odontólogo, Higienista Odontológico y Bellas Artes. En 2010 había unos 400 estudiantes, número que en 2011 subió a 680. Como carrera nueva, comenzó este año la Licenciatura en Recursos Naturales, apoyada en la experiencia desarrollada durante muchos años por la Tecnicatura en Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable, a cuyos egresados en particular ofrece una oportunidad para avanzar en su formación. Está prevista la iniciación del Tecnólogo en Madera, una instancia más de colaboración entre ANEP-UTU y UDELAR; sus cursos serán dictados en las instalaciones del Centro Universitario de Rivera; se estima que entre 50 y 100 estudiantes están interesados en esa nueva oferta educativa.

En Tacuarembó funciona el Tecnólogo Cárnico, a cuyo dictado colabora, junto a la ANEP y la UDELAR, el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIA), en cuya sede de ese departamento se ha convenido crear un “campus” conjunto INIA UDELAR. Allí trabajarán juntos investigadores de ambas instituciones. Allí la UDELAR recibirá en comodato un terreno de 5 hectáreas para construir una de las sedes del Centro Universitario de la Región Noreste.

Confiamos en que el campus INIA UDELAR de Tacuarembó llegue a ser también un campus del conjunto del Sistema Nacional de Educación Terciaria Pública. Al igual que lo hicimos cuando la Intendencia de Rocha donó a la Universidad un terreno -donde ya puede verse el avance de la obra de la sede departamental del Centro Universitario de la Región Este– expresamos la esperanza de que en Tacuarembó podamos compartir instalaciones y tareas con el Instituto Universitario de Educación y el Instituto Terciario Superior.

El convenio se firmará en la propia sede del INIA Tacuarembó el próximo 24 de junio, rubricando un importante esfuerzo para acordar pautas de colaboración entre instituciones con experiencias y culturas diferentes. Conviene destacar esto, pues la construcción de un Sistema Nacional de Educación, Investigación, Innovación y Extensión -que eso es lo que necesitamos– requiere inevitablemente pacientes esfuerzos de ese tipo. Ello no es muestra de atraso ni particularidad uruguaya. En todo el mundo, la construcción de relaciones de colaboración entre actores diferentes es uno de los capítulos que merecen mayor atención en todo lo que tiene que ver con el conocimiento. La particularidad uruguaya es que los vínculos y las cercanías entre distintos colectivos y organismos permiten -cuando hay buena voluntad y capacidad, como en este caso– lograr las imprescindibles sumas de esfuerzos. Eso tiene que ser parte del camino uruguayo al desarrollo, en el cual se inscribe el camino universitario del Noreste.

Blog "Hacia la Reforma Universitaria"

Rodolfo Silveira, presidente de LATU: Con la UDELAR "hacemos cosas complementarias"



Rodolfo Silveira es presidente del Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU) desde julio de 2010. En diálogo con el Portal de la Universidad destacó que para el LATU es esencial la capacitación continua y el vínculo con los universitarios. Su gestión apuesta a la renovación de los recursos humanos y procura la incorporación de personal cada vez más joven: “yo tengo 57 años y estoy seguro que algunos esquemas debo tener; alguien de 30 no los tiene, y ese es el que precisamos”.

¿Las empresas conocen en general los servicios que LATU puede brindar?

Nosotros tenemos tres procesos sustantivos que hacen a la institución: Análisis, ensayos, y metrología -el LATU es el guardián de los patrones metrológicos, el que dice que un kilo es un kilo-, la Certificación de calidad, y el control de la Admisión temporaria, un mecanismo por el cual puede ingresar al país materia prima sin cargas tributarias para utilizar en la fabricación de productos terminados que se van a exportar. Como hace tanto tiempo que lo viene haciendo, en general las empresas conocen muy bien lo que LATU hace. Algunas porque tienen relación vinculante directa, no pueden exportar o importar sin pasar por acá; otras porque hay áreas en que LATU es un referente. Por ejemplo en Certificación de calidad, en métodos analíticos para la industria, y también en desarrollo a nivel de escala piloto de proyectos.

Allí está básicamente el valor del LATU. Es un organismo ligado al aseguramiento de la calidad en algunos sectores de la economía, fundamentalmente el sector agropecuario y agroindustrial. Tenemos más de 250 análisis y ensayos certificados a nivel internacional que valen tanto acá como en cualquier país. Lograr eso lleva muchos años y mucho dinero. Esto es lo que da valor agregado. Buena parte de los argumentos que utilizó Uruguay en calidad de aguas durante todo el conflicto con Argentina, provenían de los análisis realizados en el LATU, porque estaban validados internacionalmente.

¿El costo de los servicios es accesible para las empresas?

El LATU emite por año más de 300 mil certificaciones de Análisis y Ensayos -que es mucho-, en todas las áreas, desde los controles de combustible en las estaciones de nafta, hasta el contralor de calidad microbiológico de la carne envasada o de alimentos que ingresan del exterior. ¿Cuánto vale eso para las empresas? Depende, para algunas obviamente es un valor agregado.

Estos análisis cambian con la matriz productiva. El LATU tenía un gran Departamento de textiles hasta hace 15 años. A medida que ese sector en el Uruguay entró en crisis, obviamente esa área va siendo sustituida por otro tipo de tecnologías en razón de los cambios en la matriz productiva. Hoy el Departamento Forestal es uno de los más importantes: el sector se desarrolló y eso llevó a que el LATU aggiornara su personal en el sector forestal, capacitara a la gente. Allí fue fundamental la colaboración con la Universidad, de hecho la maestría en Ingeniería de Celulosa y Papel se hace a medias, tiene su parte teórica en la Universidad y la parte práctica en los laboratorios a nivel de escala piloto, preindustrial, del LATU.

¿Qué tipo de proyectos a escala piloto se hacen en el LATU?

A nivel de la agroindustria hacemos la simulación de procesos como secado de arroz, selección de granos. Hay todo un Departamento que se dedica a maderas, dentro de él un grupo de gente estudia las maderas constructivas, sus propiedades mecánicas y físicoquímicas para saber si es posible en Uruguay hacer viviendas de madera. Eso obliga continuamente a la capacitación, a estar al día con la tecnología analítica. Nosotros jugamos mucho con la anticipación: una de las cosas buenas que tiene el LATU es que tratamos de mantener una especie de vigilancia tecnológica, una prospectiva de cómo vienen los sectores.

Algunos mercados están comenzando a exigir determinadas técnicas para asegurar inocuidad alimentaria. Para adelantarnos a eso montamos una planta piloto de irradiación Gamma al servicio de ese sector, fundamentalmente el citrícola y del sector de los arándanos, porque no sólo se logra una especie de desinfección del producto, sino que se alarga su vida media, entonces para ellos es beneficioso. Eso exigió una inversión de 500 mil dólares en equipamiento, el adiestramiento de personal en el exterior, poner las técnicas a punto, montar la planta a escala industrial. Es bien diferente a lo que son por ejemplo los laboratorios de investigación básica. En el departamento de Carnes, donde hacen los cursos los Tecnólogos cárnicos, todo está montado como si fuera un frigorífico, desde las mesas de faena hasta máquinas para hacer embutidos, por eso acá utilizamos espacios grandes.

Se está trabajado mucho en el sector forestal, en medio ambiente, en control de aguas. Hay sectores como el de juguetes, en los que se están exigiendo cada vez más análisis y ensayos en cuanto a su inocuidad y seguridad. En el caso del control de los cascos de las motos se trabaja mucho junto con la Universidad, y hay muchas otras cosas que hacemos en conjunto. Yo creo que hay que desmitificar eso de “hacemos cosas muy diferentes”: no hacemos cosas muy diferentes, hacemos cosas complementarias. Todo nuestro personal proviene de la Universidad y muchos de ellos siguen siendo docentes allí. Porque la capacitación continua es parte de la esencia del LATU, estar cerca del sector universitario, que a su vez es quien está más cerca del estado del arte del conocimiento, para el LATU es importante. Aquí trabajan unas 430 personas y además 100 pasantes. De esos 100, más de 60 son estudiantes de la Facultad de Química, que hacen maestrías o doctorados pagos por el LATU, o la pasantía final para sus estudios de grado. Buena parte de ellos se queda trabajando aquí, porque el LATU ha crecido mucho. En la medida que crece la producción del país, la institución crece.

Además de estas pasantías, el LATU ofrece capacitación, ¿de qué tipo y a quiénes se dirige?

Es de todo tipo. Con instituciones académicas hacemos proyectos conjuntos y pasantias, además de la Facultad de Química, con la Facultad de Veterinaria en el área de la Microbiología. Trabajamos mucho con la capacitación a las empresas en cadenas productivas como la láctea, la oleaginosa; todo esto se hace en conjunto con la Universidad y funciona muy bien. Y ahora estamos arrancando con el PEDEAGRIND. De las cosas que hacemos buscando sinergia institucional con la academia y otras organizaciones públicas, es el proyecto más ambicioso. Costó muchos años, pero para nosotros es una de las apuestas capitales, en la que LATU tiene mucho para dar.

Tenemos algunos emprendimientos de riesgo como la incubadora de empresas tecnológicas Ingenio, que es una apuesta a la formación de nuevas capacidades. Tenemos el Parque Tecnológico, que mantiene empresas de alta tecnología dentro del perímetro del LATU. La carrera de Tecnólogo Informático (UTU-Facultad de Ingeniería) ya comenzó aquí; y a partir de abril del año que viene vamos a tener una UTU funcionando dentro del LATU, con un edificio de 1600 m2 para cuatro carreras: además de Tecnólogo Informático y Tecnólogo Químico (UTU–Facultad de Química), una Tecnicatura Audiovisual y otra en Telecomunicaciones, ambas nuevas.

¿Por qué estas cuatro carreras?, surgieron en el diálogo de LATU con CETP-UTU, la UDELAR y el sector productivo, donde se vio que había demanda insatisfecha en algunas áreas. Lo bueno es que los estudiantes van a estar mucho más cerca del sector laboral: en el Parque Tecnológico hay más de 20 empresas del Software instaladas, y la sede de la Cámara Uruguaya de las Tecnologías de la Información. Esos estudiantes están a 20 metros de todas las empresas del Parque.

Recién inauguramos el laboratorio de contenidos de TV digital y sobre fin de año estaríamos largando la primera señal de televisión digital, ¿qué mejor que tener estudiantes de Telecomunicaciones y Audiovisual estudiando en el LATU, donde van a estar trabajando los técnicos brasileños y japoneses junto con jóvenes uruguayos provenientes de la UDELAR y de la UTU? Tiene una lógica; yo espero que se de bien, creo que cierra perfecto. El Ceibal, que está en el mismo predio, también es un espacio de capacitación. Creo que esas son las cosas que el LATU devuelve a la sociedad de lo que ésta le dio. El 74% de los ingresos del LATU provienen de impuestos del sector productivo, tenemos que devolver algo. Se devuelve por una parte valor agregado por sello de calidad a ese sector productivo, formación de recursos humanos, y posibilidad de incubar empresas de riesgo, que en algunos casos fracasan, pero eso implica un proceso de aprendizaje que igual es positivo.

De acuerdo con nuestra matriz productiva, ¿en qué otras áreas estarían faltando recursos humanos?

En casi todas las áreas, pero fundamentalmente faltan personas con formación intermedia, eso es clarísimo. El LATU tiene un laboratorio en Fray Bentos con más de 20 personas -después de cuatro años logramos que todo el personal esté radicado allí-, y no conseguimos más. Queremos crecer en Fray Bentos porque parte de los servicios a la planta de celulosa de Conchillas se prestarían en ese laboratorio; además de análisis y ensayos que se están haciendo con Aratirí. Me parece que el esfuerzo descentralizador de la UDELAR está muy bien, nosotros también estamos intentándolo, no sólo por medio de cosas como la unidad de Fray Bentos, también por otros mecanismos. Pensamos en la posibilidad de formar personal con algunas capacidades en el interior -por ejemplo para hacer muestreos-, que puedan o no tener formación universitaria, pero que estén radicados allí y sean reproductores de esa formación.

En el área de la Química Analítica todavía faltan recursos humanos, en Biotecnología aún hay una demanda no satisfecha en el sector productivo. Pero también hay falencias en Gestión: se necesitan directores de proyecto, buenos gerentes, pero de 30 años, lo que en Uruguay es muy raro, pero esos son los gerentes en otras partes del mundo. Falta fomentar el emprendedurismo, que no es potestad de una facultad, sino de todas; algunas de las disciplinas sociales también son demandadas por el mercado. Creo que se precisa cierta flexibilidad, tanto a nivel académico en la generación de nuevos perfiles, como en una institución como esta.

En el LATU el ingreso de gente joven es otra de las preocupaciones fundamentales, y estamos bajando la edad promedio de los funcionarios que ahora es de 40 años. Los cargos de gerencia y jefatura tienen un promedio de 47 años. Creo que esas son cosas que ayudan de alguna manera a cambiar el país. Yo tengo 57 años y estoy seguro que algunos esquemas debo tener; alguien de 30 no los tiene y ese es el que precisamos. A mí me gustaría mucho que un presidente del LATU tuviera 40 años, es la edad en que una persona está en el máximo de su capacidad de producción, algo difícil de pensar en nuestro país. El Uruguay también va a tener que aprender que el mercado moviliza mucho. El hecho de estar mucho tiempo en un empresa no es un mérito, hoy la gente cambia mucho más de trabajo, asumiendo el riesgo pero tratando de crecer. El mercado laboral actual produce el desafío permanente de búsqueda de renovación y crecimiento. En el LATU el recambio era cero y estamos tratando de evitarlo. No quiere decir que quien se va es una pérdida para la institución, mientras el país esté ganando.

¿Qué posibilidades existen de desarrollar otros estudios de posgrado en el LATU?

Así como los químicos suelen tener miedo a trabajar con seres vivos, los biólogos le tienen resquemor a trabajar con la físicoquímica. Y además es difícil encontrar biólogos con formación en medio ambiente, que para el LATU es un área estratégica, porque casi todos los sectores productivos que hoy están en expansión en Uruguay tiene un alto impacto sobre el medio ambiente o dependen directamente de lo que suceda con él. En definitiva somos productores de alimentos, cualquier cosa que dañe el medio ambiente va a terminar perjudicando la producción. La remediación ambiental, la mitigación de daños, son temas que en muchos casos atañen a los biólogos. Hay muchos, pero pocos que puedan venir y sentarse a hablar con los químicos de agua, con las empresas, los veterinarios y los agrónomos.

Por ejemplo, para evaluar impacto ambiental, entre otras cosas se estudian los arácnidos, porque están en el medio de la cadena predatoria y pueden ser buenos indicadores. En el Uruguay tenemos pocos taxónomos de arañas, que a la vez tengan interés en el estudio de las cadenas ecológicas y el daño ambiental. Con Aratirí se está midiendo la linea de base, porque tenemos que saber de dónde partimos. Encontrar gente con esa cabeza no es fácil. Con el decano Juan Cristina (FC) estamos tratando de ver cómo se puede lograr un programa similar al de Química, para que los biólogos vengan a hacer pasantías y vean la salida de las aguas en una planta de celulosa, o el efecto de los cultivos rotativos, desde su óptica, que es diferente a la de un químico.